Una lentilla cae al suelo: suficiente para se le venga el mundo encima. Se le cae la otra; puede ver el instante, desenfocado, desde su ojo huérfano, en el espejo. Desarmado, recuerda esa portada, rubia y glacial, de un vinilo de Ray Coniff de su madre, colocado sobre la estantería, y llora. Unas moscas sin alas luchan por moverse en el suelo, atrapadas bajo las lentillas. Ray Coniff suena tan alto que silencia los zumbidos de las moscas, y sabe que nunca más volverá a ver a su madre.
Ray Coniff
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