Ray Coniff

Una lentilla cae al suelo: suficiente para se le venga el mundo encima. Se le cae la otra; puede ver el instante, desenfocado, desde su ojo huérfano, en el espejo. Desarmado, recuerda esa portada, rubia y glacial, de un vinilo de Ray Coniff de su madre, colocado sobre la estantería, y llora. Unas moscas sin alas luchan por moverse en el suelo, atrapadas bajo las lentillas. Ray Coniff suena tan alto que silencia los zumbidos de las moscas, y sabe que nunca más volverá a ver a su madre.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s