– ¿Y dónde van, cuando desaparecen, tus contactos de Facebook, de Twitter, de la libreta de direcciones de tu móvil, con su foto y todo, de tu libreta Moleskine, o una de los chinos, dónde van, qué haces con ellos, cuando ya no están?
– A veces les llamo. O les escribo cartas, aunque lleve siglos que sin escribir ninguna. Me sorprendo de lo difícil que me resulta el contacto de mi bolígrafo con el folio. Me cuesta mucho arrancar, a veces hasta me tiembla la mano, me equivoco, tacho, corrijo, pero siempre la meto en un sobre y la envío. O les pongo un Me gusta o un Favorito, con la estrellita. A veces hasta les retuiteo. Me gusta saber de ellos, saber dónde están, cómo les va la vida, a qué dedican su tiempo libre, si salen con alguien o qué tal estarán allá donde estén, si me echan de menos, y me gusta decirles que yo también les añoro. Y que les quiero mucho. Porque son míos, son solo míos, son mis muertos, y de nadie más.
Gracias… Que sepas que lo de la Moleskine me ha llegado al alma… Mua!
Confieso que a mi también me pasa. Estoy curioseando tu blog, me gusta.
Gracias Lady Lilith.El interés por el blog es mutuo.