Culos, cachetes y Mingus

Joder. Joder. Pensó Hank risueño al verse cacheteando los cincuenta culos de sus cincuenta amantes, todas en fila. Pensó Hank incluso en que él estaría sentado en su cómoda butaca de terciopelo, cacheteando uno a uno, uno a varios, los cincuenta culos de los cincuenta amantes más importantes de su existencia. Lo pensó. Lo recordó una vez más. Hank lo había hecho una y mil veces. Lo recordó sonriendo mientras sonaba un rato de free jazz. Lo recordó sonriendo mientras se tocaba el miembro y  sus cincuenta culos se bamboleaban frente a él. Charles Mingus, el free jazz, demasiada agitación.

Cien nalgas, cincuenta amantes.

Charles Mingus y una copa de Jack Daniels. Hank volvía a ser feliz recordándolo. Por qué coño no.

Agarró el teléfono.

-Melissa?? ehhhh.. hola, soy Hank. Te acuerdas de mi?

– Hank,el viejo Hank? Cómo no voy a a acordarme. Todavía tengo mis cachetes rojizos.- ríó estruendosamente- Estás en la ciudad, viejo Hank?

Hank colgó, volvió a sonreír y se sintió de nuevo como un niño, y de nuevo volvió a escuchar a todo volumen  el free jazz de las cien nalgas mientras se dejaba caer al suelo los restos de Jack Daniels caliente, roído por la vejez y el desamor.

4 comentarios sobre “Culos, cachetes y Mingus

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