Que dan ganas,
de aguantar el recuerdo,
de agarrarse a la rama,
de contar las heridas.
De aferrarse al tropiezo
de coger tu cintura,
de morderte la esencia,
de arrancarte a jirones.
De meterme en tu cuarto,
de que abramos un vino,
de metértelo todo,
de salir a tu encuentro.
Pero ya sólo quedan
unos cuantos abrazos
un puñado de polvos
un noquieroynopuedo
Porque ya sólo quedan,
el naufragio y los restos.
Polvos mágicos de campanilla taciturna. Qué asco cuando se estanca.
Gracias