Marc y Laia, Laia y Marc

Donde más me gustaba a Marc apoyar su cabeza, mientras remoloneaban en la cama, era al final de su espalda. Era reconfortante para Marc sentir que apoyado en el trasero de Laia nada podía sucederle. Era suave, turgente, y a través de él podía sentir su respiración, sus alegrías y sus tristezas, también sus anhelos … Sigue leyendo Marc y Laia, Laia y Marc