El día en el que me enamoré de mi asistenta

Enamorarse de tu asistenta es lo más parecido a un síndrome de Pigmalion que pueda existir. Si además tiene ojos gatunos, modales recios y mirada espartana no puedes hacer nada más que rendirte a sus pies y querer acogerla, quererla, que te cuide, que la cuides y que la beses, con la dulzura que se … Sigue leyendo El día en el que me enamoré de mi asistenta